Si bien el derecho a voto en Rusia en 1917 – cuando las mujeres se declararon en huelga, consiguiendo la dimisión del Zar y su ansiado derecho a voto – dio sentido al origen de esta efeméride, llevado a la actualidad, el enfoque de esta fecha encuentra nuevos prismas.

Política. Sociedad. Economía. Hoy en día, todos los sistemas están en un proceso de evolución en el que, inevitablemente, el papel de la igualdad surge como una constante a valorar.

Centrándonos en el tercero, el aspecto económico, concretamente el laboral, ha sido una de las principales reivindicaciones que, con el paso del tiempo, ha permitido que en nuestro país el 42% de la fuerza laboral esté representada por mujeres.

Sin embargo, sigue existiendo una profunda brecha. Mientras el 70% de los empleos en el sector sanitario y educativo están ocupados por mujeres; poniendo el foco en la industria, la realidad nos aleja de la paridad.

Para encontrar el origen de estas bruscas diferencias solo hay que buscar en el desarrollo de la sociedad en su conjunto: tradicionalmente la mujer se ha asociado al cuidado y el hombre a la fuerza.

No sorprende, por tanto, que el sector de la logística y el transporte haya estado predominantemente representado por la figura masculina. Según Eurostat, la oficina estadística de la Comisión Europea, una amplia mayoría de los trabajadores en el sector de la distribución son hombres, representando el 84% del total.

Por su parte, la logística ofrece datos más optimistas. Del total de la población activa dedicada a esta actividad, el 22% son mujeres.

Cada año las cifras mejoran, pero, siendo realistas, la igualdad sigue siendo una de las asignaturas pendientes de la cadena de suministro.

Para equilibrar la situación en el sector, el 27 de noviembre de 2017 la Unión Europea lanzó la iniciativa Women in Transport - EU Platform for change con el objetivo de fortalecer el empleo de las mujeres y la igualdad de oportunidades entre ambos.

Cabe recordar que, en el caso concreto del transporte terrestre, según datos de IRU, las mujeres a penas llegan a representar el 3% de toda la fuerza laboral del sector.

Y es que, siendo realistas, hoy en día no hay suficientes mujeres en la logística. Pese a ser un enorme recurso sin explotar, con casi todas las empresas en una constante competición por la captación de talento, la incorporación de perfiles femeninos sigue siendo un reto para un sector que, solo en Europa, emplea a más de 11 millones de trabajadores.

El reto está ahí. Las oportunidades también.